Fase 5. El corazón de la recreativa

Bien, ya tenemos todos los componentes preparados y funcionando. Llega la hora de elegir el sistema operativo y el entorno en el que se van a ejecutar los juegos.

Las opciones más comunes en cuanto a sistemas operativos son las siguientes:

• MS-DOS
• Windows
• Linux

En mi caso me decanté por Windows 98, pero en principio sin lanzar el entorno gráfico, sino desde consola (una especie de MS-DOS 7.0). Por temas de rendimiento (en principio el ordenador era un Pentium, incluso ahora es un Pentium III), Windows XP queda descartado. También descarté Linux, pero más que nada por comodidad. Quizás en un futuro intente "replicar" mi configuración actual pero desde Linux.

Por tanto, Windows 98 es la mejor elección si no queremos emplear mucho dinero en un hardware potente (claro que los precios van bajando conforme pasa el tiempo).

El "sabor" elegido de MAME fue AdvanceMAME (y su frontend asociado AdvanceMENU). Esta versión del emulador permite generar modos de vídeo para nuestro monitor arcade totalmente configurables de forma, de forma que sean lo más fieles a los modos de vídeo originales de las recreativas que pretendemos emular. Como contrapartida, la configuración es un poco más complicada.

Recapitulando, lo que queríamos era que al conectar la máquina mediante el interruptor se enciendan todos los sistemas: el chasis y el monitor arcade, el ordenador y el equipo de sonido. El ordenador arranca y se muestra un menú para seleccionar entre modo MS-DOS (o sea, ir directamente al AdvanceMAME) o arrancar Windows (para usar otro tipo de emuladores, software o juegos).

En los próximos artículos veremos cómo configurar MS-DOS para mostrar ese menú de arranque, cómo configurar AdvanceMENU y AdvanceMAME y, por último, cómo usar Powerstrip para poder ver Windows en nuestro monitor arcade. A partir de ahí, ya tendremos nuestro sistema listo para ejecutar prácticamente cualquier cosa.